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lunes, 13 de febrero de 2012

Capítulo 10: La sorpresa.

Caminábamos hacia la puerta, en dirección a nuestra siguiente clase: Música. En realidad, tenía curiosidad por saber qué había preparado la profesora. Yo no la conocía de nada, pero desde que Nicolás me había contado que tenía una sorpresa preparada, no había parado de pensar en ello.
-¡Tía! ¡Que te empanas!
-Ay, ¡déjame!
Nicolás reía a mi lado mientras empezábamos a subir las escaleras. Es verdad que muchas veces me ponía a pensar y a pensar, y terminaba sin darme cuenta de lo que ocurría a mi alrededor. Pero eso le pasa a todo el mundo, sólo que Nico la tenía tomada conmigo. Sí, seguro que era eso.
-¿Esta es la clase, no?
-Sí, pava.
-¡Deja de insultarme, Nico!
-Jo, vale. Lo siento. Anda, entremos lo antes posible para coger un buen sitio.
No contesté. Entramos en el aula y anduve rápido para coger un sitio de los de delante, eran los que más me gustaban. Puse mi mochila en el lado derecho de la mesa, saqué el estuche e iba a levantarme, pero la mirada fija de la profesora me detuvo justo un segundo antes.
-¡Todos a vuestros sitios! –gritó la mujer.
Todos fueron aminorando el volumen de sus voces e inmediatamente se dirigieron a sus asientos. Cuando por fin la clase se hubo calmado un poco, la maestra continuó hablando:
-Me parece que tenemos a una nueva compañera, ¿no es cierto? ¿Cómo te llamas?
-Kay, me llamo Kay.
-Vaya, pues bienvenida al grupo, Kay. No eres de aquí, ¿no?
-No. Vivo en Madrid, he venido aquí a pasar un tiempo en casa de mis abuelos.
-Pues espero que el pueblecito sea de tu agradado.
Pero… ¿Ésta mujer jugaba a algo? Al principio de la clase me mira fijamente como si estuviera planeando mi muerte y luego, me habla tan amable, incluso con sonrisas de por medio.
-Bien, sin dar más rodeos, os recuerdo que la semana pasada os dije que tenía una sorpresa preparada para el día de hoy… Y como todos sabéis yo siempre cumplo mis promesas. La sorpresa que os dije se trata de, bueno, un musical.
De repente, la clase se llenó de comentarios, la mayoría en negativo. A casi nadie le hacía gracia tener que hacer un musical, cantar y ponerse trajes un poco extraños… A casi nadie, menos a mí.
Cuando la maestra mencionó la palabra “musical” no pude ocultar mi felicidad en una gran sonrisa, como esas de Nicolás. Me hacía mucha, muchísima ilusión hacer uno, como había visto en las películas de High School Musical.
-Sí, dejad de quejaros.
-¡Pero creíamos que la sorpresa iba a gustarnos! –se quejó uno de mis compañeros sentamos por la parte de atrás.
-Yo nunca dije eso –agregó la maestra de música-. Bueno, empezaré a explicaros de qué ira todo esto, pues tenemos que tener la función lista para finales del trimestre. La obra pues, al no ser sacada de un libro, se titula “Musical de invierno”, ya, muy poco original, pero es lo que hay. Yo, con ayuda del profesor de plástica, hemos creado los guiones. Ahora os lo repartiré, y cuando lo hojeéis un poco me diréis qué personaje os gustaría ser.
-¿Sólo va a participar esta clase? –pregunté, curiosa.
-Sí. Hay exactamente veintitrés personajes, como los alumnos de este grupo.
La profesora empezó a repartir los guiones a cada chico o chica de la clase. Cuando por fin me tocó a mí, pude ver que estaban perfectamente grapados y que tenía, en total, veinte páginas, por delante y por detrás. Cuando le hube echado alguna ojeada, pude divisar los personajes principales: Amalia, una chica bastante popular empieza a sentir algo por Óscar, un chico tímido que se esconde de todo. La típica historia.
-Ahora que los he repartido todos, tengo aquí las partituras y letras de las canciones del musical. Las iré entregando conforme vayamos eligiendo quiénes interpretarán a los personajes. ¿Alguna propuesta?
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Bueno, sólo deciros que ya cambié lo que iba a cambiar del capítulo 5, pero no es mucho, cuando Kay y su abuela están comiendo. Espero que os guste todo ^^

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