Páginas

lunes, 2 de enero de 2012

Capítulo 3: El primer día.

¿Estaba todavía soñando? ¿Había soñado con el ruido del despertador? Imposible, no hubiera cosa que odiara más que recordarme a mí misma que tengo que madrugar. Pero entonces… ¿Cómo que había tanto silencio alrededor? Sin duda alguna, había apagado la alarma que apuntaba las siete en punto de la mañana. De repente, escuché a un gallo cacarear, en señal de que era hora de levantarse. Entonces lo comprendí todo. No, no estaba en mi precioso piso de Madrid, me encontraba en un pueblo en las montañas del que ni siquiera recordaba el nombre, y que seguro que no tendría más de 15,000 habitantes. Decidí levantarme de la cama antes de que se hiciera más tarde, no podía llegar con retraso a mi primer día de escuela. Sí, mi primer día, porque los demás estarían ya más que acostumbrados y yo sería la nueva en todo aquel revuelo.
Había pasado tanto de todo que cuando quise darme cuenta, me percaté de que en mi habitación no había baño. Salí al pasillo, y divisé uno. Entré y me aseé. Mientras me quitaba esa horrenda cara que se me queda recién levantada, pensaba en cómo podían vivir así. Yo necesitaba mi espacio, y por lo tanto, mi propio baño. Cuando acabé me dirigí hacia mi cuarto a partir de hoy y rebusqué en mi maleta todavía sin deshacer algo para ponerme. Hacía un poco de frío, así que preferí ponerme un buen jersey de lana que me había comprado hace un par de semanas, unos pantalones vaqueros ceñidos un poco oscuros y mis típicas Converse. Cogí el peine y la plancha del pelo de la bolsa de aseo, y corrí de nuevo al cuarto de baño. Por el camino me planteé si tendrían enchufe en el aseo, y para mi suerte sí lo había. Me cepillé el pelo por encima y me dispuse a pasar la plancha por mi cabello, cuando escuché unos toquecitos en la puerta y una voz, la de mi abuelo, que decía:
- ¡Kay! ¿Te queda mucho? ¡Necesito entrar!
- ¿No hay otro baño? –Todo aquello empezaba a incomodarme- ¡Todavía me queda un rato!
- Pues no, querida. No lo hay. Así que mientras más prisa te des, mejor. Además, sólo te quedan unos 20 minutos, y todavía tienes que desayunar.
Preferí no contestar. Esperé que no siguiera en la puerta del baño esperando una respuesta, como hizo el día anterior. Mientras terminaba de peinarme, me di cuenta de que mi abuelo, era otro con afición a la palabra “querida”. ¿Esa era la moda o qué? Preferí terminar cuanto antes y bajar a desayunar, porque mi estómago empezaba a impacientarse.
Guardé todos mis utensilios y el pijama en la maleta, ya lo pondría todo en su sitio cuando llegara. Cogí el lápiz de ojos de la bolsa de aseo y me fui al gran espejo que había en la esquina para maquillarme un poco. Era uno de estos que siempre había querido: No estaban adosados a la pared, sino que tenía dos patas  de las que colgaba un cristal con forma ovalada, y que podía moverse libremente. Por fin, algo bueno en este lugar. Cuando terminé lo volví a guardar, cerré el macuto y bajé las escaleras con tranquilidad, pues anoche al subirlas muy rápido crujieron hasta el punto de hacerme creer que se iban a romper.
Cuando llegué abajo, mi abuela me recibió con una gran sonrisa mientras hacía algunas tostadas y zumo de naranja. Como ya me esperaba, su primera frase del día fue:
- ¡Buenas días, querida! ¿Te apetece algo de zumo? Las tostadas están a punto.
- Buenas días. –Saludé- Claro, me apetecen.
Y sin decir nada más, anduve hasta la encimera, me vertí un poco de zumo en un vaso y me fui a la mesa del comedor sin más. En un par de minutos, mi abuela apareció por la habitación con una bandeja llena de tostadas, mantequilla, mermelada, aceite, azúcar y mil cosas más.
- ¿Así desayunáis todos los días aquí? –pregunté fascinada. En mi ciudad, como mucho iba a la cocina, cogía una galleta y me iba al instituto.
- ¿Es muy poco? –Se preocupó mi abuela- Si quieres, puedo traerte más.
- No, así está bien… Gracias.
Me lanzó una sonrisa encantadora y volvió a seguir con el desayuno. Su expresión había sido como la que mi madre me puso cuando le dije que me iba a sentir rara en casa de mis abuelos, como esperanzadora.
Terminé de comer y miré la hora que era en el reloj de la cocina. Eran las ocho menos cinco.
- Abuela, ¿a cuánto tiempo andando está el instituto desde aquí?
- Ah, pues no mucho. Andando puedes tardar unos 10 minutos. Pero tranquila, los primeros días te llevará tu abuelo Felipe en la camioneta, para que no te pierdas por las calles.­­­­­­­­­­­­­­-
- Es imposible perderse por este mini pueblo –dije para mis adentros.
En ese mismo instante, mi abuelo apareció por las escaleras y me preguntó si íbamos a salir ya. Yo, asentí y me despedí de mi abuela, crucé la puerta principal y esperé al abuelo en la puerta del jardín. Cuando me alcanzó, nos dirigimos hacia el coche y condujo hacia el instituto. Pensaba que iba a hacer el ridículo yendo en camioneta allí, pero conforme nos fuimos acercando vi que hasta los propios estudiantes iban allí en sus propias camionetas. Nada comparado con mi querida ciudad. Bien, ahora yo también era adicta a esa palabra. Mi abuelo paró en la puerta del edificio, y comenzó a despedirse de mí:
- Bueno, ha acabado el viaje. ¿Me paso luego a recogerte?
- No, da igual. Me he ido fijando por el camino y creo que seré capaz de llegar sola. Muchas gracias.
Y sin decir nada más, salí por la puerta del coche y me adentré en aquél pelotón de gente.

2 comentarios:

  1. Me encanta la historia, me he leído del tirón los 3 capítulos, ademas me gusta el nombre de la abuela, por que se llama como la mía :D
    ¿Por cierto cada cuanto subes capitulo? ^^
    & una cosa mas, amo el diseño del blog!♥

    ResponderEliminar
  2. @Luz C.
    Me ha encantado eso que has dicho Luz <3 Hahaha mira que coincidencia ^^ Pues mira, pensaba dejar estos tres hasta tener unos cuantos seguidores, así que como ya tengo, creo que lo subiré ahora :D Me encantan las opiniones como las tuyas, muchas gracias de verdad :) ¿El diseño? ¡Si es de lo más simple! Es que prefiero no cargarlo demasiado porque al final se ve hasta feo el blog :$
    Me alegro de que te haya gustado la historia, y no dudes en decirme si fallo en algo o si te gustaría que algo fuera de otra forma ^^
    ¡Hasta otra! :)

    ResponderEliminar